La Quinta Estación
Cristina Portela
Irina Rosenfeldt
11 al 31 de Julio de 2015
Curador: Sergio Bazán
Imagínese que es el 31 de diciembre a las 23:59 y algunos de sus vecinos ya empezaron a tirar fuegos arti?ciales.
A unas primeras Iucecitas tímidas le siguen el desparpajo de colores, ruidos y brillo, una orquesta del derroche instantáneo y el g o c e p o r a t u r d i m i e n t o.
Comprenderemos que llegó el ?nal de esta sinfonía explosiva cuando al humo solo le siga más humo. Mucho se ha escrito y se ha dicho de la apoteosis, (…). Pero pocos, muy pocos, se han ocupado de pensar en el “?nal de ?esta”, en ese preciso momento que se despliega justo después del auge y antes de la decadencia. (…) La Quinta Estación puede describirse en términos de este momento entre la intensidad y el silencio. Pinturas de éxtasis y apoteosis de la mano de lrina Rosenfeldt y más pinturas, de Cristina Portela, del momento exacto en que el humo nos invade. Lo que reúne a una y otra propuesta pictórica es la ?esta, en tanto clima (…). Esta ?esta no es interminable -como no lo es ninguna ?esta – y ambas artistas han sabido sacar provecho de la fugacidad de este hecho.
lrina Rosenfeldt nos invita a bailar desde las entrañas al son de una super?cie vibrante, generosa en colores y resaltes, poderosa en cuanto a los gestos y sugerente de una espacialidad que no se queda quieta: como si nos invitara a bailar, agarrándonos fuerte de las manos, girando en círculos con los ojos abiertos y la manera en que el espacio se construye en nuestra retina no terminara nunca de quedarse quieto. Como esos momentos donde cerramos los ojos y aún vemos las Iucecitas de colores, que se quedaron impregnadas.
Cristina Portela viene de dejar atrás una serie colorida y recargada para dar nacimiento a este momento posterior a la apoteosis o la explosión. Sus obras ostentan la negrura misma donde todo es una potencia y el espacio, antes que negado, es un acto de in?nidad. Sus obras son el diálogo en tensión entre ?guras diminutas o muy sutiles contra un fondo que denota inmensidad. Si algo explotó, fue hace mucho y lejos, y lo que vemos son los proyectiles que dan cuenta de esa energía liberada.
Ambas obras se vinculan (…) con el encuentro y la celebración. LA QUINTA ESTACIÓN, este punto en el que se genera el encuentro entre ambas, es un espacio estacionario antecedido por la ?esta, permeable a que se Iibren las re?exiones y conclusiones del a posteriori, se despliegan los recuerdos del festejo vivenciado y donde se rememora lo compartido, pero también donde ya se comienza a plani?car la próxima celebración. ,
Mariana Rodríguez Iglesias
María Lightowler