Federiko Fuser

Desde niño vi a mamá pintar, ella me contagió una pasión por el arte que estuvo en mí latente hasta la etapa final de mi adolescencia. También las pinturas de mi abuela fueron huellas a través de las cuales transito mi propia experiencia.

La naturaleza, a través de los paisajes campestres que me rodearon y de otros lugares de nuestro pais, fue el tema que abordé en mis primeras pinturas, lo que observaba, lo cercano, mi raiz.

Hoy, mi casa es mi taller o mejor. . . mi taller es mi casa, alli creo. Armo conceptos en mi mente y busco reflejarlos en una obra a través de pinceladas de acrilico y óleo. En la tela logro identidad e identifico al otro. Pretendo ser exponente de un arte que no excluya por lo cual en mis pinturas me incluyo, e incluyéndome, incluyo al otro, sus valores, sus ideas, sus creencias.

No pienso en la mirada del observador, no busco agradar durante el acto creativo, pero cuando una pintura llega a completarse, en la tela y en mi pensamiento, deseo que despierte en mí, y en el que la contempla, sentimientos y sensaciones, que esas formas y colores representen algo más y puedan movilizar el espíritu con asombro, dudas, preguntas e interpretaciones.