SOBRE RAUL LOZZA BIOGRAFÍA
UNA VIDA COHERENTE
“Ni buscar ni encontrar: Inventar”, reza, categórico, el Manifiesto Invencionista de la década del ’40. Y no cuesta mucho imaginarse las interminables discusiones filosóficas y políticas de ese grupo de artistas que decidieron rebelarse contra los cánones estéticos convencionales. Y tampoco cuesta imaginar, particularmente, la contundencia y tenacidad con que el maestro Raúl Lozza defendía sus posturas, ya que de eso ha dado testimonio hasta el fin de sus días.
La generosidad y la coherencia entre pensamiento y vida son, por nombrar sólo algunos, atributos indiscutibles y fácilmente identificables en la figura del maestro. La concepción del arte en Lozza iba más allá de sus postulados teóricos y así su obra fue consecuente con su vida y viceversa. La admiración y el respeto que supo ganarse entre sus contemporáneos y entre las jóvenes generaciones, están legitimados con sus ejemplos de austeridad, compromiso político y luchas inclaudicables. Raúl Lozza pertenece a esa estirpe de artistas que no escatimaron pasión, ni acción ni convicciones en el complejo camino de la creación.
De espíritu inquieto, con inteligencia preclara, agudo humor y ricas ironías, ha vivido con humildad la experiencia de ser figura señera del arte argentino, luego de recibir merecidísimos premios en el país y en el mundo. No obstante, según sus propias palabras, su máxima satisfacción ha sido el reconocimiento del pueblo que lo vio nacer, Alberti, hecho que nos enorgullece a todos los albertinos y nos permite recordarlo como un ser humano extraordinario y un artista de enormes dimensiones.
Haber conocido al maestro Raúl Lozza y haberlo recibido aquí, en su pequeña tierra, en un reencuentro con sus orígenes, ha sido para todos sus compueblanos un verdadero privilegio, de esos que en la vida raramente se repiten.
Marcela Scelza
Presidente
Asociación Cultural Raúl Lozza
BREVE RESEÑA DE SU VIDA
Pintor, teórico y propulsor de la pintura concreta.
Descendiente de artistas, nació en Alberti, Provincia de Buenos Aires, en 1911.
Comenzó a pintar desde la adolescencia y expuso por primera vez a los 17 años de edad. AI cumplir los 19 se radicó en la Capital Federal dónde publicó sus primeros escritos teóricos y de imaginación. Comenzó la difusión de sus poesías y actos sacramentales y estrenó una obra de teatro, sin abandonar la pintura.
Hasta el año 1936 colaboró en diarios y revistas con sus escritos y dibujos sobre temas sociales y de protesta. A partir de dicho año se enroló en las vertientes renovadoras de las artes e inició su actividad en diseños publicitarios. En 1939 creó sus primeros objetos espaciales frontales con periferia irregular -expuestos en varias oportunidades- que en ese entonces destinó sólo a la publicidad.
En 1943 participó, junto a otros intelectuales de renombre, en la edición del periódico «Contrapunto» de arte y letras. Fueron siete las revistas en cuya edición participó, incluyendo la suya: «Perceptismo». El paso decisivo en su actividad vanguardista lo motivó su contacto polémico con los integrantes de la revista «Arturo» y las discusiones sobre la ambigüedad de sus ponencias. Eso ocasionó el fraccionamiento del heterogéneo grupo y la creación, en 1945, de la Asociación de Arte Concreto-Invención, de la que fue partícipe, integrando su secretariado y la dirección de su revista, junto a reconocidos artistas como Iommi, Hlito, Maldonado y otros. A diferencia de otras vertientes de las vanguardias del ’40, la Asociación desarrolló la línea constructiva Cézanne-Cubismo y puso en crisis la denominación de «concreto» utilizada desde el `30 en países de Europa, considerando que todos ellos practicaban arte abstracto. La nueva propuesta consistía en evitar todo ilusionismo.
Luego de una rica experiencia realizada durante dos años por los integrantes de la Asociación hacia la conquista de un espacio coplanario físico para la pintura, y al no lograrse anular el ilusionismo en ese aspecto, se apartó de la entidad para continuar sus experiencias, a comienzos de 1947. Investigó hacia un cambio sustancial del sistema tradicional, elaborando un nuevo método conceptual y práctico para las artes bidimensionales. Como solución para este problema, logró confeccionar una estructura abierta e integradora, creadora de la forma específica; introducir la noción de campo colorido sustituyendo el concepto de «fondo», elaboró una nueva teoría del color en base a la discontinuidad y potencialidad relativa, suprimiendo «armonías» y «complementarismos» y otorgando a la forma su único conducto relacional. Relegó la geometría por considerarla inoperante para los fines perseguidos y recurrió al número sólo como una herramienta, a posteriori del acto creador. En este aspecto elaboró una cualimetría de la forma plana cuya fórmula determina matemáticamente que la suma de las partes es más que el todo.
A través de más de sesenta conferencias y centenares de artículos publicados dió a conocer su método creativo en el país y en el exterior.
A esta constante actividad se agrega su participación en varias agrupaciones intersocietarias de lucha contra la censura y por la defensa del patrimonio nacional.